LA VIDA DESPUÉS DEL COVID-19

Cuando todo esto haya terminado, y la vida retome un nuevo comienzo, lo hará con unas características diferentes a las de antes del Coronavirus o covid-19. Es decir, la vuelta a la normalidad no será tan normal como se espera, sino que será una nueva normalidad, que por el momento desconocemos si será permanente, o cuánto tiempo durará esta nueva realidad.

 

Prevención extrema 

Esto se verá reflejado sin lugar a duda en los hábitos de consumo, que tendrán un ingrediente primordial; el del temor o la prevención al “mundo abierto”, a lo que hay fuera de las cuatro paredes.

Y no es para menos mientras el temor a un virus o la eventual existencia de otro esté latente y amenacen la salud y la vida, como lo hizo en este tiempo que nos tocó vivir.

En el sector inmobiliario podemos decir que habrá una nueva configuración de espacios públicos, de viviendo y otros usos, reflejo de esta nueva condición.

 

Transformación de proyectos y adaptación a los nuevos hábitos. 

Por una parte, muchos proyectos se reconvertirán y aquellos espacios que estaban considerados para oficina, por ejemplo, podrían dar un giro de 180 grados y ahora ofrecerse como habitacional.

Tras este virus, muchas empresas verán con mayor viabilidad el Home Office, por lo tanto, la tendencia de oficinas reducirá. Esto no quiere decir que desaparecerán, pero sí, se tornarán en nuevas propuestas.

Las viviendas por lo mismo, alcanzarán una nueva forma estructural. Ahora su tendencia será pensada para que tengan la capacidad de brindar espacios de oficina, áreas verdes, y todos los servicios posibles al alcance de mano y con poca distancia que recorrer para acceder a ellos. Amén de los transportes ecológicos como la bicicleta tendrán un nuevo florecimiento.

 

Digitalización en ventas 

Los llamados Open Houses en bienes raíces, tendrán una nueva característica. Estos se podrán realizar a distancia y de forma virtual, porque pese al escenario negativo, los mercados de vivienda residencial se mantendrán en aquellos puntos donde reúnan ciertas condiciones; como el bono demográfico, el crecimiento de la ciudad, un destino de playa, entre otras razones.

Estos temores, de los que no podemos saber aún su tiempo de duración se verán reflejados en la conducta de la gente. Sí, hay aspectos positivos; el hecho de poder trabajar desde casa parece ser la receta que muchas personas han estado esperando. Así como el salto tecnológico y uso del mismo, haciendo las cosas más accesibles con un solo clic, se incremente, pues más gente aprenderá a emplear estas herramientas.

Y esto es porque hoy, hasta quienes eran renuentes a usar aplicaciones ya lo hacen, un sector es el del adulto mayor, tal vez no con la agilidad de los niños del nuevo milenio, pero poco a poco van perdiendo el temor al mundo digital.

Aprovechando esta tendencia, son diversos los servicios que estarán mutando las plataformas para llegar a los clientes potenciales. Muchos de ellos ya lo han hecho. Netflix por ejemplo, es la clara idea de poder ver la película, serie o programa favorito o de estreno, sin necesidad de salir de casa.

En definitiva, el mundo está cambiando, ¿Por cuánto tiempo?, es difícil saberlo. Pero lo que sí podemos decir con certeza, es que, como siempre, habrá que demostrar nuestra capacidad de adaptación a estos nuevos retos y forma de enfrentar la vida. Hasta que podamos superar los efectos psicológicos y colaterales de este reto mundial. Las oportunidades, las habrá.