TURISMO MÉDICO: LA CURA DE MÉXICO ANTE LA CRISIS MUNDIAL
En octubre de 1977, durante un diálogo con el psiquiatra David Cooper, a través de su particular visión, el filósofo Michel Foucault brindó una de las frases que mejor describen la evolución del sistema de salud en el mundo:
“… Lo cierto es, que las redes de poder pasan hoy por la salud y el cuerpo. Antes pasaban por el alma. Ahora por el cuerpo…”
En la antigua Grecia, los pacientes viajaban a través del Mediterráneo en busca de sanación espiritual y otros tipos de purificación. Desde el siglo XX, los pacientes viajan a través del globo en búsqueda de cirugías plásticas o estéticas y tratamientos médicos básicos.
Mientras el término de “Turismo Médico” es relativamente nuevo, transportarse para obtener servicios de atención médica, no lo es, y la industria ha incrementado su impacto, proporcionalmente al crecimiento de la economía global.
Su definición evoca al fenómeno de viajar para obtener servicios de salud que no están disponibles en la región en la que se encuentra, o bien, generar la apertura de los mercados internacionales para continuar tratamientos médicos a precios más razonables que en su lugar de origen.
Se espera que el mercado internacional de turismo médico alcance 179,600 millones de dólares en 2023, registrando una tasa de crecimiento anual de 8.4%, con un alto flujo de ingreso de pacientes en Latinoamérica, así como el Sudeste y Sur de Asia. En lo que confiere a México, la expectativa yace en un crecimiento anual del 12.8%. Manteniendo esta tendencia, para 2023 su contribución llegaría a 5,200 millones de dólares.
La Organización Mundial del Comercio (OMC) establece que la exportación de un servicio existe cuando el pago por este es efectuado por un residente de otro país. En México se toman en cuenta los mismos parámetros.
Respecto al turismo de salud, dichos servicios, se traducen en los siguientes controladores de consumo para los usuarios:
- Turismo Médico: Necesidad de un tratamiento, cura o intervención quirúrgica.
- Turismo Wellness: Deseo de conservar o mejorar su salud, e incrementar su sensación de bienestar.
- Turismo de Retiro: Deseo de conservar o mejorar la calidad de vida que se tenía en su etapa productiva.
La globalización en la atención médica implica un compromiso integral entre usuarios, proveedores de servicios y políticas públicas, con el fin de unir fuerzas para generar un sistema de utilidad social con calidad, buena reputación, solvencia y eficiencia.
A pesar de la existencia de obstáculos para potenciar la industria, como la competencia desleal entre proveedores; las percepciones negativas producto del estereotipo “A menor precio, menor calidad”; la carencia de parámetros de evaluación para definir criterios de transparencia, convivencia y privacidad; el temor a la inseguridad del país y la falta de fondos de apoyo al turismo de salud, existe una demanda progresiva, factor clave para el éxito de cualquier modelo económico.
Es por ello, que las siguientes líneas, ennoblecen al cometido de superar las barreras de crecimiento ante la volatilidad de activos, la incertidumbre social, la complejidad de las organizaciones y la ambigüedad política.
El contexto económico del turismo de salud ha registrado una disparidad respecto a los indicadores de crecimiento en el mundo. Su evolución es parcialmente atribuida a las crisis financieras y la depresión que sufre principalmente la clase media de los países desarrollados, impidiéndoles pagar por atención médica privada. En consecuencia, el sector inmobiliario, está reaccionando con ambiciosos estudios para identificar y analizar los factores de éxito, generando proyectos de alto valor social y económico.
La población envejece a tasas que superan la disponibilidad de recursos sanitarios de calidad, aunado al alza de costos médicos de bolsillo. Estos factores están forzando a los pacientes a buscar opciones de salud transfronterizas, ya sea para ahorrar dinero o para evitar largas esperas para recibir atención.
Ante la discusión acerca del posible posicionamiento de México como “motor mundial”, por encima de 28 países que compiten y se promueven como el mejor destino de turismo médico, irrumpirán los indicadores de crecimiento para demostrar el frenético desarrollo experimentado en las últimas décadas, avalado por las opciones hospitalarias privadas que subsanan la demanda que un sistema público o un seguro médico limitado no puede cubrir. Asimismo, destaca la infraestructura que brinda atención a la creciente necesidad de experiencias wellness que exigen las nuevas generaciones y al envejecimiento poblacional, el cual crece a una tasa anual del 8%, según informes del Colegio Nacional de Medicina Geriátrica (CONAMEGER).
México funge como puente marítimo y aéreo entre el Océano Pacífico y el Atlántico. Tiene la ubicación geográfica más importante de América, articulando a los países norteamericanos con el resto del continente, siendo así, un referente para fomentar la inversión extranjera, acuerdos multilaterales y tratados internacionales.
Para la mayoría de los turistas, el sureste mexicano es sinónimo de ensueño, provocando que Quintana Roo tenga el segundo aeropuerto más importante del país con más de 22 mil extranjeros que aterrizan al día, en adición, cuenta con 2 puertos marítimos que reciben cruceros trasatlánticos. Simultáneamente, los destinos de sol y playa tanto en occidente como norte de México, han mejorado sus redes de cobertura y calidad de servicio, para estimular la atracción de turistas médicos internacionales, con especial enfoque en los Baby Boomers, entendiendo el sustancial incremento en la demanda.
El sentido de urgencia por desarrollar tecnología e innovación médica a un precio moderado, es palpable, vinculado a la necesidad de transmitir seguridad y proximidad a los centros médicos. Sucesivamente, emergió la importancia de las agencias de turismo médico como principales promotores de la industria, utilizando las acreditaciones internacionales como herramienta de marketing para incrementar la credibilidad y comprobar la calidad de los servicios, siendo la Joint Commission on Accreditation of Healthcare Organizations (JCAHO), la de mayor prestigio.
Dichas agencias, han facilitado la identificación de factores clave, para generar un entorno integral exitoso entre especialistas, personal de apoyo, empresas locales, pacientes y sus acompañantes. Destacan innovadores programas de cuidado y seguimiento médico; convenios con hospitales y aseguradoras de los países de origen; actividades turísticas, paquetes All-Inclusive y transportación; descuentos en hospedaje; alianzas con cámaras de comercio y sistemas de seguridad social; afiliación universitaria; alto nivel en el diseño arquitectónico, creando espacios modulares, flexibles y adaptativos; uso de Data-Science como sistema de análisis; y modelos cíclicos en el desarrollo inmobiliario.
En síntesis, es innegable la evidencia de beneficios, pero dichos modelos se mantienen incompletos si no reciben apoyo gubernamental. Los Centros Integralmente Planeados (CIP) fueron los últimos registros de grandes inversiones públicas a la promoción y desarrollo de proyectos de turismo doméstico e internacional. Para reivindicar la relación con el sector público, deberá entenderse en primera instancia, que la infraestructura es un elemento vital para el crecimiento económico y el desarrollo social de las ciudades, por lo que reformar la legislación e innovar en los fondos de inversión, son acciones necesarias para reestructurar las redes y sistemas que actualmente ralentizan el progreso del turismo de salud.
Entre efectivos argumentos que preceden a distintos casos de éxito en países asiáticos, destacan el soporte para obtener acreditaciones internacionales; la aprobación de incentivos fiscales a la industria de turismo médico; la formación de personal técnico y profesionistas especializados en el ramo; estímulos para fomentar el registro y compilación de la información de alto valor obtenida por las unidades médicas de salud, pudiendo ser compartida vía remota a través de un Hub de telemedicina; asimismo, es de suma
importancia la diversificación de vehículos financieros que permitan la inversión extranjera y la participación de la iniciativa privada. Finalmente, será preciso generar un plan de medios, marketing y difusión global para transmutar la imagen de inseguridad que ha adquirido el país, hacia una reputación sostenida por excelencia en atención médica y aplicación de tecnología de vanguardia.
En torno al rescate global, se está reconfigurando una metodología de reacción financiera resiliente a la pesadumbre provocada por la coyuntura de la pandemia del Covid-19, y el vislumbrado colapso económico por el desplome del petróleo, basada en un desplazamiento del turismo hacia actividades de mayor valor agregado, o lo que es aún mejor, recuperando fuentes de valor perdido, con el objetivo de estimular la innovación, la competitividad, e incrementar la formación de mano de obra calificada y reactivar un modelo cíclico basado en la salud y el bienestar del ser humano.
En desenlace, es meritorio recordar el “Plan de Cuatro Años para Inglaterra” pronunciado en marzo de 1943 por Sir Winston Churchill, quien, anticipándose a los problemas mundiales de la posguerra, hacía valer con confianza, previsión y vigor su posición de líder durante la transición y reconstrucción de la nación, asegurando que mitigaría el desempleo ocupando sin distinción a aristócratas o indigentes; que satisfaría de comida a la población, apoyando al auto-cultivo en casa; y que establecería bases sólidas en la educación especializada para el amplio dominio de la salud y el bienestar, bajo el manifiesto en el cual refería que, “Los ciudadanos saludables son el mayor activo que cualquier país puede tener”. Es así, que, desde una perspectiva de lealtad hacia nuestro país y nuestro planeta, se debe tomar ventaja de las oportunidades gigantescas que una crisis trae consigo, provocando la ignición que activará grandes inversiones privadas a la industria del turismo médico, respaldadas por acuerdos internacionales, impulso al desarrollo científico y responsabilidad de los gobiernos en políticas claras, efectivas y resolutivas.
** Raúl Reséndiz Barragán es Director de Infraestructura en Uno Consulting. Tiene más de 500,000 m2 consultados en el área financiera y de ejecución en proyectos inmobiliario. Es arquitecto-ingeniero por el politécnico nacional.